RECETAS GALEGAS
Empezamos!
Para esta
receta lo ideal sería hacernos con un auténtico pulpo gallego y congelado porque este tiene la carne muy dura y gracias al
proceso de congelación y descongelación, sus fibras se rompen y al cocinarlo
sabremos que siempre va a quedar tierno.
Retiraremos
el pulpo del congelador la noche anterior y lo dejamos dentro de la nevera para
que se vaya descongelando lentamente. Importante hacerlo en un recipiente bien
grande, pues va a soltar mucho líquido al descongelar.
Seguidamente
ponemos agua en una olla grande y alta. No le echaremos sal, pues lo salamos
después, una vez cocido. Cuando el agua ya esté bien caliente y casi ya
empezando a hervir, cogeremos el pulpo agarrándolo por la cabeza y lo sumergiremos tres veces en el agua para hacer lo que
se dice "asustarlo". Lo dejamos, ahora sí, dentro del agua de cocción.
Cuando
el agua comience a hervir de nuevo, es cuando comenzamos a contar el
tiempo,unos treinta minutos por cada 1,8 kg a 2 kg de pulpo. Vamos pinchándolo de vez en cuando para ver como está de duro en la parte más
gruesa de los tentáculos. Debe ofrecer la resistencia de una patata cocida al
pincharlo.
Cuando
acabemos de cocer el pulpo lo dejamos reposar unos minutos y luego lo sacamos a
una bandeja. En la misma agua de cocerlo echamos las patatas o
"cachelos" y las coceremos durante 15 minutos.
Para
servir el pulpo, cortaremos los tentáculos en trozos de 1 cm de grosor con unas
tijeras de cocina y la cabeza en trozos pequeños.
Lo
servimos en un plato de madera, este mejor mojado con un poco del agua de
cocción, añadimos una base de patatas. Salamos los trozos de pulpo con sal gorda, espolvoreamos con el pimentón que
puede ser al gusto dulce o picante, y lo rociamos todo con un poco de aceite.
Servimos bien caliente.
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